Al seleccionar un tipo de boquilla para su pistola rociadora, la consideración principal radica en la combinación de la boquilla y el cabezal de aire, que constituyen los componentes principales de una pistola rociadora manual. El cabezal de aire determina la forma del patrón de pulverización (como plano, redondo, cónico hueco, etc.), crucial para lograr resultados de pulverización óptimos. Empleamos con orgullo procesos de mecanizado de precisión para fabricar una gama completa de boquillas dentro de nuestra propia fábrica, garantizando caudales estables y patrones de pulverización consistentes. Las boquillas están fabricadas con materiales de alta calidad, como acero inoxidable y carburo de tungsteno, y están diseñadas para prolongar su vida útil y satisfacer las demandas de producción continua.
Elegir el tamaño de boquilla correcto requiere una consideración exhaustiva de:
Características del recubrimiento: En primer lugar, evalúe el espesor del recubrimiento que se va a pulverizar. Los recubrimientos más gruesos (como las imprimaciones) generalmente requieren boquillas con aberturas más grandes, como 1,7 o 1,8 milímetros, para garantizar una cobertura adecuada y una pulverización uniforme. En la mayoría de los casos, los pintores seleccionan tamaños de apertura dentro del rango de 1,2 a 2,0 milímetros, a menos que se trate de aplicaciones profesionales especiales.
Área de superficie de aplicación: En segundo lugar, considere el tamaño de la superficie a rociar. Esto se relaciona directamente con el ancho deseado del ventilador, es decir, el rango de atomización de la pintura cuando sale de la boquilla. Las pistolas pulverizadoras sin aire, debido a su falta de atomización de aire, ofrecen un control más preciso sobre el ancho del ventilador, lo que las hace adecuadas para áreas grandes como proyectos de construcción naval. Un abanico amplio puede aumentar la eficiencia de la cobertura y reducir la acumulación de pintura. Para áreas más pequeñas, son preferibles las boquillas de abanico estrechas para minimizar el exceso de pulverización y garantizar una aplicación de pintura concentrada que sea menos propensa a descascararse.
Consejos para elegir el tamaño de la boquilla según la aplicación:
Para los sistemas de pulverización con aire, la calidad óptima de la pulverización se logra cuando la velocidad de las partículas de pintura cae dentro del rango de 1,5 m/s a 5 m/s. Consulte las tablas y seleccione el tamaño de boquilla más adecuado (p. ej., 0,9 o 1,0 milímetros) en función de caudales específicos (p. ej., 120 cc/min).
También proporcionamos recomendaciones sobre el tamaño de las boquillas que cubren las aplicaciones de pintura más comunes:
0,8 milímetros: Ideal para tareas de pulverización delicadas, como revestimientos finos u operaciones de enmascarado.
1,2 milímetros: Adecuado para acabados finos, capas transparentes y tonificación de madera.
1,4 milímetros: una opción versátil para capas transparentes, imprimaciones o pinturas de una sola capa.
1,6 milímetros: Aplicable a la mayoría de las pinturas de viscosidad media, pero se debe tener precaución para evitar efectos de piel de naranja en recubrimientos finos.
1,8 milímetros: la opción ideal para una aplicación rápida de imprimaciones.
2,2-2,5 milímetros: Diseñado específicamente para resinas, gelcoats y revestimientos más gruesos.
Secretos para prolongar la vida útil de las boquillas:
Prohibir estrictamente el uso de herramientas metálicas para limpiar las boquillas para evitar daños.
Limpie a fondo la boquilla y la pistola rociadora después de cada uso, utilizando un cepillo de cerdas suaves para una limpieza suave.
Si usa pintura arenosa, fíltrela primero para reducir las impurezas.
Aplique siempre la presión efectiva más baja durante la pulverización para evitar un desgaste excesivo.
Mantenga una distancia de pulverización adecuada, generalmente recomendada entre 8 y 12 pulgadas, para garantizar resultados de pulverización óptimos y prolongar la vida útil de la boquilla.
Recuerde, la pintura de alta calidad no solo mejora la apariencia de la superficie sino que también prolonga indirectamente la vida útil de la boquilla, ofreciendo doble beneficio a sus operaciones de pulverización.